martes, 31 de enero de 2006

Ellas de venus, y ellos en el paro

Ayer dando una paseito hasta casa observé el nuevo txiki park que han abierto cerca de donde vivo. Todo actualizado, pensado para el disfrute de padre y niños, perfecto ¿Perfecto? A estas alturas ya os habríais imaginado que si en el mundo existiera algo perfecto (lo cual no creo posible) no tendría cabida en este cajón de sastre que es este blog. ¿y cuál era la pega esa que me roía por dentro cual carcoma en el intestino de Pinocho? Pues que en la puerta había un cartel en el que buscaban personal (hasta aquí no problemo), exactamente monitoras (ce ça). Y a mí que me parta un rayo. No voy a presumir.... ¡Que coño! sí lo voy a hacer. Tengo titulación y experiencia suficiente como para merecer ese puesto más que esas niñas que suelo ver en muchos puestos y que el único mérito que tienen a su favor es haber nacido con un coño de serie.
Y que ahora nadie piense que soy un misógino, aunque quien lo quiera pensar que lo haga ( a estas alturas a uno le suda lo que piensen los bienpensantes). Personalmente, he hecho lo que estaba de mi parte para que en mi vida la discriminación por sexo sea un mal recuerdo de una sociedad jerarquizada por uno para joder a todos. Y me parece perfecta/necesaria la incorporación de la mujer al trabajo, de hecho, creo que soy uno de los pocos que todavía no entienden la razón del rechazo a esto, pero mi idea de este cambio social es que además de que ellas pudieran ser bomberos, toreros, o torero-bomberos, es que yo pudiera optar a puetos hasta ahora vetados para nosotros (si es que la discriminación era para todos). ¿Y es así?
Se necesita dependienta, azafata, promotora, cajera, monitora, limpiadora, cuidadora infantil,...... ¿Sigo?
Por supuestp que no pido trabajar como nodriza, pues mi pecho, por muy bonito que sea también, no es capaz de dar leche, pero aún no entiendo por qué mis diversos atributos masculinos me limitan a esos puestos. Y es más, que sólo se oferten a mujeres, y que estas sigan siendo las únicas en hacerlo sólo ayuda a que se siga viendo a la mujer en ciertos puestos. Además de la estupidez que eso genera, porque, un ejemplo, si yo voy a Springfield(cadena de ropa masculina) a comprar mi ropa, pues oye, que seguro que me atiende mejor un tío ¿No? ¿Os parece una estupidez? ¿Tanto como el confiar que sólo lo hagan mujeres? He ahí la cuestión

domingo, 29 de enero de 2006

El opio del pueblo

En una de sus más celebradas citas Marx hizo suya una metáfora en la que convertía la religión en el opio del pueblo; no es trabajo mío hoy entrar a discutir sobre esta institución aunque como la paciencia es una virtud, no os haré esperar mucho para escuchar lindezas sobre esta. Pero no, hoy no va a ser la santa iglesia la merecedora de que la descuajeringue, sino ese nuevo opio que tiene a la gente como zombies: el fútbol.

Esta tarde estaba tomando algo en un conocido centro comercial de la ciudad que posee una gigantesca televisión con cuatro pantallas en la que lo normal es que tengan conectada música o videoclips, pero hoy no, hoy era domingo, hoy tocaba fútbol. Y allí estaban todos, unidos, mirando embobados como unas personas corrían detrás de un balón con un objetivo que no modificaría la vida de los seguidores, al no ser que tuvieran la quiniela en marcha. El espectáculo me sugería que si esta noche el telediario anunciaba la ruina del Banco Central todos aquellos respiraría tranquilos siempre que aquello no significara que terminaba la liga.

Respeto a la gente que le gusta el deporte; yo mismo cuando puedo aprovecho para ejercitar mi cuerpo, como elemento anti estresante, pero de ahí a sentir ese fervor por lo que hacen otras personas, pues mira, que me parece que lo cambias por follar y publicar y no dista tanto de salsa rosa. Y mirad que en los ochenta el fútbol casi desaparece si no llega a ser que Canal plus lo revitalizó como si le hubiera echado una de esas capsulas para la calvicie. Joder. Y ahora que plastada. Y encima como no te guste es que no te gusta el deporte.

Pues miren señores, me gusta el deporte, practico deporte, pero en mi vida hay cosas más interesantes que hacer un domingo ( o el día en que coño se retransmite algo), y hay cosas más serias por las que preocuparse que porque un arbitro ha pitado algo (las catástrofes nacionales son otras para mí). Así que allá ellos, pero que dejen de jodernos y les pongan un canal especial y no nos estropeen la programación a los demás

jueves, 26 de enero de 2006

Demasiada miel para Winnie Poo

Hoy, revisando mi mail he recibido algo que ha hecho que moviera mi culo a este ordenador es haber recibido uno de estos mail que dicen algo así como qué maravillosa es la vida, y qué lecciones hay que seguir. La verdad, estos mail aprendices de Jorge Bucay, lo cual ya de por sí tiene delito, muestran una vida irreal, un consuelo para tontos. Me enervan con esa sensiblería barata, sin sentido. Tan malo como la violencia sin sentido es la noñez porque sí. No lo entiendo. Esos que dicen que si quieres conseguir un deseo envíalo a diez personas tienes pase al lado de esos otros de si me quieres o si eres buena persona reenvía. ¿De dónde coño salen? es decir, por un lado, las personas a las que yo quiero lo saben, e intento hacérselo saber, pero a mi manera, sin tener que usar un recurso como un mail hiperazucarado que provoca casos de diabetes aguda ante exposiciones prolongadas o continuas. Supongo que las personas que me conocen se darán cuenta de lo ridículo que sería verme escribiendo mensajes con mapaches y corazones. EL cariño, como todo, se demuestra con acciones, no con palabras vacías.
Y en cuanto a lo de no no tener sentiemientos ante los problemas del mundo... mirad, en estos momentos no quiero hacer una enumeración de mis acciones como voluntarios, porque mi intención no es buscar vuestra canonización. El envío de mails solo pueden solucionar algo cuando se trata de hacer presión con el ciberactivismo.
Lo siento, y lo voy a decir así: no me hace ilusión recibir esos mailes. Evidentemente quien quiera que lo haga, pero no cuente conmigo para seguir cadenas. Uno tiene el azúcar demasiado alto para aumentarlo así. Por cierto, las páginas ácidas y corrosivas todas las que querais.

Bienvenido al lado oscuro

if you want it to be good, girl, get yourself a bad boy. Así reza el título de una de estas boy bands llenas de bollos para adolescentes con las hormonas más alteradas que Rouco Varela en Chanel Nº 4. La verdad es que el tema no merece por su calidad musical (aunque obviamente supera a Luis Cobos), pero me llama la atención por el título. El otro día charlando con mi Txiki por teléfono, en una de nuestras maneras alternativas de ser accionistas de vodafone, se me ocurrió la genialidad (la modestia no es una virtud) de que el lado oscuro de la vida tiene mala fama porque todo el mundo cree que para pertenecer a él hay que ponerse una máscara negra y tener un tono de voz como si fueras Constantino Romero con ronquera. Y no es así.

A me gusta ser malo, me gusta tener poder expresar esos pensamientos prohibidos que tenemos todos, me gusta dar rienda suelta a esa portera que llevamos en nuestro interior, y no porque me guste el Don Limpio. Y no me gusta que me censuren, sobre todo quienes no tienen razón. No soporto a esas personas que abanderan el equipo del buen gusto y de las formas con un cretinismo que asusta, que se creen que por haber tenido unos cuantos euros más en el bolsillo, o por haber ido a tal o cual sitio, pueden darme lecciones de educación. Lo siento, no cuela. No me merecéis respeto. La palabra educación está dentro de mi vocabulario y sale de mi corazón. Practicar el deporte del cotilleo no me convierte en un ser desalmado, así como si me lo convertiría el ser un ser tan encorsetado que critique a cualquier persona natural.

La vida no es maravillosa, aunque hay momentos en lo que así parece. Y ser malo no está mal; Hay que ser egoísta, hay que mirar por uno mismo y quererse, hacerse regalos, sentir que el decir que no a un favor no es directamente proporcional a quemarse en el infierno ese, que ahora, al parecer no existe. Aunque sin pasarse, tampoco hay que ser un hijo puta. Y quien no haya sido cabrón alguna vez en su vida, miente. Lo dice el título de aquel libro: Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes- ¿A dónde quieres ir tú?

martes, 24 de enero de 2006

Oda a la Bruja Averías

Esta noche estrenan House en cuatro, sí ese nuevo canal que está intentando ofrecer contenidos alejados a la telebasura por la que tanto protestamos todos, y que como respuesta tiene unos índices de audiencia baja (no, si cada vez estoy más convencido de que la gente tiene lo que se merece). Una nueva serie con un pequeño toque de mala leche. Si la serie nos da lo que promete el anuncio House se va a incorporar al corazón (si es que tenemos) de todos aquellos que creemos que la ironía, la acidez y la mala hostia son los principios con los que se hacen las cosas. A todos aquello que creemos que una pastelada no es más que una manera vacía de llenar horas tan inútil como una película de Vandame (o como se escriba). Y no es que no me gusten las historias bonitas, pero siempre que estén bien hechas; quizás, y especialmente para los que me conozcan, siempre utilice el mismo recurso, pero un ejemplo de historia bonita sin excesos de azúcar son los cuentos de hadas con los que nos deleita la incombustible Isabel Coixet.

La televisión y el cine se están llenando de subproductos hechos con el sello de familiar, que lejos de significar que gusta a todo el mundo, resulta que no gusta a nadie. Programas como el que ha tenido Concha Velasco en la primera, No muy lejano a aquel que llego a perpetrar Ramón hasta en la sopa y más pesado que un elefante en brazos García, y que la providencia ha hecho que se quite. Otro ejemplo es Lo que inTeresa, subproducto de actualidad con una presentadora que no tiene ninguna ganas de retirarse elegantemente, antes de que las pocas personas que aún la consideran profesional, si es que alguien lo hace, dejen de creer en ella. Señora, que la parte que más se ve su programa esta compuesta por todos aquellos que queremos ver los Simpsom. Que dejen de jodernos con sus historias a medio gas y que series como Padre de familia, Queer as Folk, The L world, y más vayan a parrilla y en Prime Time. Que se programen películas infantiles como Shrek en la que los adultos no nos sentimos estúpidos (y de paso que retomen el formato de la bola de cristal). Que hagan una televisión de calidad. Y lo que es más importante: que la gente lo vea.

lunes, 23 de enero de 2006

Mi nene

Antes de continuar con esta nueva entrada que iba a publicar voy a hacer una confesión: no es la entrada que estaba escribiendo; después de escribir un par de párrafos acerca de lo desagradable que resulta el mundo laboral, he decidido que necesito cambiar el chip y dar un descanso a mi problema de todos los días. Lo que no sé es qué puedo hablar. La segunda cosa, y no por orden sino por enumerar, que me ronda en la cabeza es mi nene, ese corazón cándido que tengo en la capital condal. Es gracioso, pero hace un par de años me juré, y me perjuré, que jamás volvería a tener una relación, ni nada que se le pareciese, a distancia. Pero tan humillado como aquella liebre de rápidas patas quedó ante la tortuga que subestimó en principio, me rindo ante un rival más fuerte que yo. Y es que no se puede pretender controlar cada uno de los 365 días que se incluyen en el año, y más ahora que me he enterado que en este año va a ser un segundo más largo. ¿Qué será será? Sólo el tiempo lo dirá. Por ahora sólo vivo contando los días que faltan para que volvamos a vernos cara a cara, lejos de las ondas el teléfono, frías, pero que sirven como sustituto para el calor que demanda.

domingo, 22 de enero de 2006

Music is the answer

Un fin de semana dedicado a la música, grabando discos viejos y descargando canciones a pesar de ser bombardeado continuamente por la SGAE y sus acólitos. Hacía tiempo que no me daba un caprincho de esos, coger y centrarte en tu hobbie como un frikie alejado del mundo normal, de sus constriñentes formas y sus accione políticamente correcta. Y, como no podía ser de otra manera, mi inquieta cabeza de serrin no ha podido otra cosa que empezar a reflexionar. Me he acordado, así de repente, entre tanto disco, de aquella época, cuando tenía alrededor de 14 años y mis padres pusieron el cable. Entre una sucesión de cadenas a cualquier más infame (no muy lejos de los que es un TDT de hoy en día) encontré la Viva, una cadena alemana con videoclips. Y así fue, ayudado por el nivel cero de alemán que tengo, como logré controlar la programación de aquella cadena. Y eso me alejó más aún de mis compañeros si cabe; no es que me convirtiera en un ser encerrado en casa las veinticuatro horas del días cual japones que sigue una moda (perdonad mi incultura pero no sé el nombre de esa variante de antisocialismo que viven estas personas), sino que mis gustos musicales, poco unidos al fervor patrio de los Alejandro Magnos (perdón, Sanz) del momento, o de los exaltamientos flamencos que se quieren hacer pasar por Pop (seguro que no es una de las siete señales del apocalipsis?) encontró respuestas en el Hit aleman, y cuando hacían repasos internacionales, en el inglés o incluso en el de los Estados Unidos. Y claro, cuando te tienes que relacionar con personas que no conocen, y que es más no quieren conocer, estos nuevos elementos que aporrean corcheas, unidos al hecho de vivía en lo más parecido a middle of nowhere, me era imposible acceder a estos discos y nuestro emule era sólo una fantasía en aquellos que no sólo fantasean onanísticamente. Pues eso, que para los que nos sigue gustando la música con un poco de calidad uno y uno son dos, y yo me convertí en un ser con unos gustos inexplicables para todos aquellos que, según las normas de la manada, debían ser mis congéneres y ser mi fuente de apoyo emocional. Y no tengo nada en contra de las canciones en castellano, me gustan, como me gustan en euskera y francés, y algún idioma más, aunque esos se me escapen a la comprensión, y sólo hay que ver a Fangoria, mi gran diosa. Lo que si me parece mala es la calidad media de los productos en español ¿Para cuándo un filtro? Y si no, aquí dejo esta pregunta: ¿Por qué de toda la producción de los cuarenta, el único gratuito es el de latino?

sábado, 21 de enero de 2006

Confesiones desde mi celda

Es oficial: esto enfermo. ¡Qué guay! Desde hace unas semanas el mundo ha dejado de ser vertical a mí, y he descubierto una nueva dimensión en las que las cosas dejan de estar en su sitio, y cual película mala de magia, todo comienza a girar- y no estoy como una puta cabra (por lo menos no más). Todo se resume en dos palabrejas en idioma médico, y en un se parece a los vertigos para todos aquellos que sólo osamos a entrar en el olimpo de los médicos cuando deseríamos estar fuera. Pues ese algo que al principio parecía ser los restos de algún proceso viral (que mira que son hijoputas estos viruses), resulta tener un origen más biuen psicológico, relacionado con la ansiedad. Toma ya. Ha vida tranquila. jeje. Yo no soy como el del anuncio de esos yogures nuevos (que aquel publicista tenía razón: no hay nada menos atractivo para la publi que los lacteos) que dice que si el médico le garantiza que su equipo gana la liga se relaja. Quizás es que mis problemas vengan derivados de que no entro en esas religiones mayoritarias que gustan a la gente y que les hacen evadirse de su día a día (leánse catolicismo, futbol, etc.). LA verdad, ser ateao se paga caro. Pero así y todo: merece la pena

martes, 17 de enero de 2006

Bienvenidos a los hijos del Rock&roll

Hola a todos y a todas:

Aquí estoy, comenzando esta nueva aventura en la red. Poco a poco, aquellos que os acerqueis a esta página, me iréis conociendo. Para algunos seré fabuloso, para otrso un pedante. habrá quien me acuse de bruto, y quien no entienda mi ironía (la cual junto al sarcasmo se convierten en el elemento del que mayor composición tiene mi cuerpo). Pero lo cierto es que me da igual. Sí, así queda. No hago este blog para poder hacer amigos ni que la gente me alabe. No. Y quien diga que lohace por ese motivo miente.
Todos los que hacemos un blog es porque hemos visto Un día de furia, y no nos gustó. jeje. Bueno. Saludos y os espero pronto.