viernes, 24 de julio de 2009

Demasiado tarde

A quien encuentre esta carta:

La situación es urgente. Al principio pensamos que no sería para tanto, pero ha llegado un momento que no hay forma de poder salir de esta espiral, que estamos condenados, que cualquier error que cometamos y seremos los siguientes. Nos relajamos, éramos una pequeña ciudad del norte, con un marco incomparable, nos decían, pero todo eso se acabó, ese marco fabuloso se ha convertido en nuestra prisión.

Recuerdo que hace años nos quejábamos de una agenda cultural triste, de una oferta hostelera nimia para la que se suponía una ciudad turística. Y eso debía ser parte del plan, el acabar con los de fuera, pero pareciendo que se les atraía. ¡Qué confundidos estábamos! Al final la ciudad balneario nos ahogó a todos en sus aguas.

Si hubiéramos sabido leer sus señales, su medio de comunicación.

El primero en caer fue Irwin, un pobre espontáneo que tuvo la osadía de aparecer desnudo anta sus victorianas mentes, así hasta que al final se lo lograron llevar. Cartas y más cartas en su Diario Vasco, en el que se exigía en nombre de cosas imposibles, que se le hicieran otras cosas imposibles al buen hombre. El propio diario tomó partido, olvidando incluso temas actuales por dedicarle minutos, y minutos. Al final, ganaron

Luego fueron las bicis, pero ni así nos enteramos. Comenzaron a aparecer cartas en el mismo diario sobre los malos modales de quienes montan en este vehículo. Cierto que a veces van por donde no corresponde, aunque es difícil que te corresponda un sitio en un suelo lleno de agujeros, pero todo se podría haber hablado. El día en el que el propio periódico empezó a escribir sobre el tema debimos haber intuido el patrón. Pero no lo hicimos.

Ahora Donosti es el reducto de los bienpensantes, de esas personas que viven un mundo de plástico enmohecido y nos han aprisionado. Espero librarme de sus trampas, pero no sé si seré fuerte. ¿Por qué no lo vimos antes?



miércoles, 8 de julio de 2009

YO DENUNCIO



Yo Denuncio a emagister, por su política de selección de cursos y su CENSURA. Me ha llegado un informe diciendo que se retiran tres de los cursos que anuncio de mi empresa de educación on line Paradigma Educación con un email que me remitía a sus políticas de publicación de cursos cuyo punto cuatro dice literalmente (copio y pego):

4. Normas sobre contenidos publicados

Emagister prohíbe expresamente la publicación de contenidos:

  • Que puedan dañar el buen nombre y reputación de Emagister.
  • Apoyen o justifiquen el racismo, la violencia y el odio.
  • Pornografía y/o contenidos sexuales más o menos explícitos.
  • Relativos a magia negra y derivados.
  • Puedan acosar, amenazar o abusar de otros usuarios.
  • Cualquier contenido que pudiera herir la sensibilidad de un tercero. En particular todos aquellos que ataquen y/o ridiculicen creencias religiosas Cristianas.
  • Difundan contenidos que puedan infringir o vulnerar derechos legales de los demás (engaños, difamaciones, etc.) inclusive rumorologías y sensacionalismos.


Por las cuales se me han eliminado los siguientes cursos:

• Salud Sexual I: Aspectos Teóricos
• Salud Sexual Ii: Aspectos Educativos
• Salud Sexual Iii: Vih y Sida



Así que, tras comunicarles mi paracer, eliminaré mi cuenta de emagister, pese a reducir la visibilidad de mi empresa (la ética está por encima del dinero para mí) y apoyaré cualquier boicot que se haga contra esta empresa que tiene estas prácticas discriminatorias que considera que la educación sexual y trabajar las ITS es algo perjudicial. Me han pillado además en muy mala época. Además, esa consideración especial de la cristiandad me parece algo realmente rijoso. En serio, cuanta gentuza

martes, 7 de julio de 2009

Otra columpiada (esta con respuesta)



Hoy en el diario Público, que goza de una tradición gayfriendly, uno de sus columnistas estrellas se ha vuelto a estrellar. Si bien hace poco destiló homofobia por el caso del asesinato de una pareja gay, que tiene bemoles lo hijoputa que puede llegar a ser alguien, en estos casos utilza los típicos argumentos de homofobia velada, con un heterocentrismo marcado y atufando odio. Y algunos comentarios no se quedan atrás, aunque también hay buenas respuestas, y contundentes. Os dejo con el artículo, que se puede ver también en este enlace, y después mi respuesta, que paso de contestarle en su página, lo hago en la mía, donde nadie me censura


QUÉ MATRACA

Hay personas que les molesta o no entienden que cada año se celebre del Día del Orgullo Gay. Algunos nos tildan de “exhibicionistas”. El otro día escucho en un bar: “No tengo nada en contra, pero no me gusta que dos chicos o dos chicas se besen, pues no sé qué decirle a mi hijo”. Y yo pienso: si no lo sabe educar, ¿para qué lo ha traído a este mundo? En fin, saben aquel que diu: “yo no soy racista, pero mi hija que no se case con un negro”. Si por tolerancia se entiende sólo que no nos insulten y agredan, poco hemos avanzado.

JAVIER POSA LOAZANO. BARCELONA

Lo único que me intriga es qué canastos entenderá usted por tolerancia. Yo creía que era precisamente eso: no insultar, no agredir y garantizar los mismos derechos para lo que no nos gusta o no aprobamos. ¿Qué cree usted que es? ¿Que además les quieran? Hombre, en ese caso, ¿qué falta hacía la tolerancia? Por ejemplo, yo tolero a los católicos y sus manifestaciones en Colón. Les reconozco los mismos derechos que a usted, no les insulto ni mucho menos les agredo. Ahora bien, ¿además tienen que gustarme? ¿No puedo considerar que los obispos energúmenos son exhibicionistas y un sórdido espectáculo que prefiero evitarle a mi hija? No entiendo que los católicos se manifiesten y me molesta, qué pasa. Pero me aguanto: eso es tolerarlos. Tampoco me gustaría nada ver a un cura y a una monja metiéndose mano, ¿y qué? ¿Es que encima, además de tolerarlo, me exigirán que me guste?

Tolerar no es más que “respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”, como dice la Academia. Para tolerar algo, no hace falta estar de acuerdo, sino todo lo contrario. Yo tolero hasta al PP valenciano, lo cual no quiere decir que no pueda sentirme horrorizado si mi hija se quisiera casar con Zaplana o Camps.

Qué matraca con la tolerancia. Si le soy sincero, a mí me parece que exigir, no sólo tolerancia, sino el aplauso y el cariño de los demás es un gesto despótico y muy infantil. A mí también me gustaría gustar a todo el mundo, pero a mi edad ya me aguanto, oiga, y me conformo con que me toleren. No se puede exigir más.



Y AHORA MI RESPUESTA:


Señor Reig:


No tengo más remedio que contradecir su opinión, porque ha mezclado churras con merinas, como un cegato que se cree iluminado por el don de la sabiduría auténtica, con esa equidistancia que gusta procesar cuando el tema es de su desagrado. No, no y mil veces no. A un gay, a una lesbiana y a un transexual no hay que dejarles (dejarnos) vivir y esperar las gracias, es lo mínimo. La verdadera sociedad de izquierda es aquella en la que se respetan a las personas por ser personas, no por tal o cual cualidad. El orgullo gay, aunque parezca una contradicción responde a defenderse de un insulto y de un crimen histórico al que se ha sometido a un grupo amplio de personas por algo tal aleatorio como la sexualidad. ¿Increible? No, lo increible es la soberbia y estúpida ignorancia que demuestra cuando reduce todo ese dolor a una comparación con las manifestaciones de la iglesia que dice "tolerar" Osea, merecemos la misma tolerancia aquellos que defendemos nuestors derechos que aquellos que intentan fastidiarnos por el simple hecho de ser unos HIJOPUTAS que besan unos papeles escritos milenios ha, por no se sabe quien. Eso es increible. Sí.

Es más, quizás le extrañe, pero desde el colectivo LGTB+ pedimos algo más que tolerancia, ni siquiera pedimos nuestro espacio en la sociedad, sino que pedimos en nuestra utopía (¿le suena aquello de : "seamos realistas, pidamos lo imposible"?) de una sociedad en la que este, y otros factores igualmente de arbitrarios como el sexo, la raza, lugar de nacimiento, no sirvan de excusa para marginar a nadie.

Le remito a lecturas más amplias, e incluso a que relea algunos clásicos que tanto mencionan, porque seguro que verá las cosas de otras maneras. Pero en cualquier caso, me ha decepccionado como nadie, más que los cristofachas, porque a ellos se les ve venir, pero cuando la puñalada (le remito a como menospreció las 57 de Galicia) viene de casa, duele más. Sinceramente, no se mrece respeto como escritor.



domingo, 5 de julio de 2009

¿Cuando terminará esto?


Ojalá pudiera llegar el día en que pudiéramos bajar la guardia, pero no, hoy por hoy eso es imposible. Y para muestra un botón. Ayer realizando u na búsqueda en la librería Elkar de la calle Fermín Calbetón me entontré con este libro en una de las secciones destacadas, y en serio, me puso mal.
Estoy acostumbrado a ver en librerías libros de toda clase, incluyendo esos mataárboles firmados por personajes como Aznar y compañía, o manuales de neoliberalismo puro, y es algo que asumo con, quizás demasiada, naturalidad, en un creencia firme que la censura debe ser un mal recuerdo. Pero esto ya me toca las narices, porque una librería tan importante no debería tener destacado este libro, y ni siquiera en catálogo (pero menos aún donde estaba que te pegaba en las narices aunque no quisieras). La contraportada del libro aseguraba sin que le temblara la letra que la eliminación por parte de la APA de la homosexualidad como enfermedad mental impidió que muchas personas pudieran acceder a esas terapias de reconversión que tanto necesitaban.
Simplemente intolerable que esa bazofia, porque no es literatura ni nada parecido, esté al alcance de cualquier persona que esté sufriendo, no por ser gay, sino por vivir en una sociedad heterocentrista, y piense que es la solución.
Por mi parte, espero que la librería elimine esos libros de su catálogo, o quizás es el momento en que deberíamos unirnos para evitar estas situaciones. ¿Hacemos algo?