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sábado, 7 de agosto de 2010

Ruptura



Sus imágenes se difuminan,
Nítidas en el pasado,
En un presente que no vacila
Y que brinda su ausencia.
Cambios inesperados, traiciones anheladas,
Disfrazadas de falsa amistad.
Los sueños de un futuro conjuntos
Son pesadillas de un pasado.
Ya no hay tiempo que disfrace
El olvido de aquellas personas.
Rompemos lo que creíamos sólidos
Edificando nuevas construcciones liquidas
Que nos permitan evitar amarguras
Y avanzar sin tropiezos.
Lo que queda de aquellos momentos
Es simple rescoldo de un fuego fatuo.
A veces el mejor lugar para las personas del pasado
Es el propio pasado en sí mismo.
Inevitable que acudan a la mente,
Pero libres de su presencia en el ahora.
Perdonar sin olvidar,
Pero ante todo no generar nuevos recuerdos,
Sólo aceptar que se fueron.

martes, 6 de abril de 2010

la luna rielaba




La luna riela, así que comienza a ser hora de retirarse. Así de lacónico se marchaba todos los días el viejo marino y me daba cuenta yo que otro día de vacaciones estaba dando a su fin. Desde ese momento hasta que oía por detrás la voz de mi madre, entre cansada, angustiada y cabreada por perderme de vista como todos los días no pasaba mucho tiempo. Pero sí el suficiente para abstraerme en esa bola de queso gigantesca que empezaba a adueñarse del cielo dejando que el casando sol se marchara a su reposo nocturno. Grande, inmensa, pero inútil. No tenía ni idea de que significaba rielar, ni como más tarde supe cuando se lo pregunté, el marino tampoco- lo había oído en una poesía y le gustó- pero me parecía demasiada cosa para la luna. Por muy grande que fuera sólo se me ocurría una cosa que podía hacer: estar. O a lo sumo ser. La luna está en el cielo, la luna es grande, la luna está brillante, la luna es preciosa. Pero ¿más que eso?

Desde mi mente de niño en vacaciones, olvidando quebrados y quebraderos cotidianos, la luna no era más que un cascote perdido en la inmensidad del cielo, un trozo de piedra que no sabía a dónde ir, o quizás ni podía, y se había quedado pegado a la tierra dando vueltas viendo como nosotros no parábamos de hacer cosas.

- No creas- me dijo una ocasión el marino- la luna hace muchas cosas. Es la única que permanece despierta mientras los demás estamos dormidos, quien vigila que la noche pase bien y que por la mañana encontremos todo como lo hemos dejado.

A mí no me lo parecía la verdad. Torpona y grande, no la veía capaz de evitar ningún desastre, para eso estaban las estrellas, ágiles y tintineantes que nos recordaban su presencia en todo momento. Pero nada minaba la determinación del marino por su amante nocturna, la que lo anunciaba que sus manos debía dejar de lijar esas barquillas endebles, que tuvieron un pasado mejor, y volver a casa a observarla desde su venta.

- Cuando acabe el verano nos uniremos. Desde que dejé la mar se lo prometí, pero siempre me ha dado pereza porque tenía muchas cosas en tierras para irme tan lejos. Pero no me quedan amigos, todos han ido muriendo, ni familia que me espere, así que el último día de verano cogeré mi barquita e iré a su encuentro; ya estoy viejo y remo lento, pero ella me irá esperando, bajando poco a poco hasta que nos juntemos allá al fondo.

No se me olvidará aquel día. Mientras mi madre me tiraba del cuello de la camisa para hacerme avanzar a casa y meterme en el estrés de hacer maletas, eché la última mirada al mar para ver aquella barquita avanzar con la única energía de un anciano cansado pero ilusionado y como en lo alto, aunque bajando poco a poco, su amante voluminosa y torpona le observaba anhelando el reencuentro.

lunes, 22 de marzo de 2010

Reentré

Algunos os estaréis preguntando porque mi blog parece haberse convertido en una cadena musical estos dos meses, y es que, sin tiempo para sentarme y escribir no quería dejar huérfano este proyecto de Blog que tanto cariño le he cogido en estos añitos que llevamos juntos, por lo que he decidido compartir con quienes pacientemente se molestan en ver qué se me ha ocurrido escribir (es decir, vosotros y vosotras) alguna selección de vídeos que considero imprescindibles, entre otros. Y ahora el motivo.

Como el logo de arriba bien os ha hecho imaginar, mi otra pequeña, la niña de mis ojos, por la que tanto me peleo contra el mundo que no nos comprende, es la causante de ello. Tras llevar un año en marcha con formación on line y presencial, era un buen momento para seguir llevando a cabo ideas, que es lo único que la crisis no nos ha quitado, de momento. Por eso, de entrada nos hemos movido a un lugar un poco más céntrico en Amara, a un local más adecuado a las necesidades nuevas del centro educativo.

Más novedades en breve.

domingo, 17 de enero de 2010

Mis apuestas para Eurovisión 2010



Mañana comienzan las votaciones de Eurovisión, y, bueno, inauguro este año de post con este tema de manera MUY interesada. Eurovisión para mí es un guilty pleassure, no lo voy a negar, y disfruto esa noche entre cantantes y votaciones, con las típicas noticias sobre coaliciones internacionales, etc. Quizás aquí no estemos acostrumbrados, pero he podido ver como en otros países de Europa este show es una plataforma de lanzamiento a muchos artistas.

El sistema de selección actual de televisión debería serlo también, en principio, yendo a través de myspace en la que cualquiera puede ver a miles de candidatos con sus propuestas. Obviamente sólo nos suelen sonar tres o cuatro, ya famosos, que por inercia suelen quedar entre los primeros puestos, y alguno que se salva de esos intereses. Pero para mí quien se presenta de forma anómina intentado lucha por su sueño se merece un aplauso ya. Y más en estos momentos en que la música, entre otros, está dentro de un mercadéo absurdo que deja a buenos compositores y cantantes en la cuneta sin oportunidad mientras que insulsas canciones son repetidas hasta la saciedad, sobre todo con la música en castellano, que ha sufrido un recorte de originalidad. No porque no lo haya, sino porque se apuesta por las fórmulas de siempre.

Hoy os traigo las candidaturas de Francky y Carola (pinchar en sus nombres para escucharles), que, además de artistas, son dos amigos auténticos, con los que he compartido risas y lágrimas, y que espero verles en televisión entre los finalistas. No soy ingenuo como para saber que está decidido quién va, o por lo menos entre quienes estará el juego, pero yo apuesto por ellos, porque tienen un sueño y han trabajado duro para preparar estas canciones.
Yo, desde mañana votaré por ellos.
Chicos sabéis que tenéis mu cariño y apoyo. Que os dé fuezas.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Desayuno clientelar indigesto


Simplificando, se denomina de esta manera, cuando una empresa hace trabajar a sus clientes (autoservicio sobre todo). Pero, si no lo hacen bien o con desgana, pues este desayuno se atraganta y hace que uno no quiera volver a probarlo.

Hoy he tenido gran ración del mismo.

Me he dspuesto a hacer un ingreso en La Caixa, en la oficina de la calle Easo en Donostia, cuando, las chicas apresuradas por querer cerrar y viendo la cola que había me han insistido en enseñarme a hacerlo por cajero. Les he dicho que sabía hacerlo (lo hago a menudo), pero que necesitaba que el ingreso estuviera efectivo ese mismo día. Me han jurado y perjurado que así sería. Pero a las 21:00 sigue sin estar

¿Sorpresa? La verdad es que poca ¿Cabreo? Todo el del mundo. Sobre todo conmigo, por haber confiado en dos personas que mostraban poca disposición al trabajo, y porque ahora tengo, por culpa de su incompetencia, una cuenta en número rojos de las que me cobrarán una comisión.

Evidentemente, la oficina del consumidor tomará cuenta de la reclamación, pero mi confianza en el banco ha caído sobre manera, y es más que probable que opte por otro. ¿Será igual? La verdad es que me pongo pesimista.

sábado, 28 de marzo de 2009

¿Llegará el miércoles?


Sé que tengo mis obligaciones blogueras olvidadas, sin responder muchas respuestas que merecen serlo y que además da gusto hacerlo (yosu, tu entras en este grupo), pero si desde diciembre he estado involucrado en este proyecto personal, desde el último mes voy en carrera continua, combinando tres trabajos que no suman una jornada completa (lo que releva la medicridad de los contratos de aquellos que nos dedicamos al mundo de la educación no formal), además de cerrar los últimos flecos de este proyecto que representa la puesta al día de mis ambiciones profesionales y de mi filosofía de enseñanza y aprendizaje.
Desde el miércoles, nos vemos también en www.paradigmaeducacion.com

viernes, 21 de noviembre de 2008

Mis nuevos niños

Como buen Aries lo mío es crear proyectos; y en esta ocasión os saco dos. Como cinéfilo y futuro escritor, he decidido aumentar la familia con dos nuevos blogs dedicados a esos mismos temas.
En el primero, la luz del cuarto oscuro, analizaré películas que haya visto. De momento he incluido Roccky Horror Picture Show y Garçon Stupide
En el segundo, Lecturas de deabrutxiki, la crítica será sobre libros y ya han aparecido el silencio hecho palabra y sero.
Pues eso, a disfrutar

viernes, 26 de septiembre de 2008

El marica, la bruja y el armario versión 2.0

Tal y como os anuncié, el lunes fue la presentación en Donosti del libro de Eduardo Nabal, "la bruja, el marica y el armario" en donde quienes salían del armario eran la misoginia gay y la homofobia femenina. Gran libro que, aunque (en palabras del autor) no pudo hacerse dejando de lado por compelto el lenguaje masculino del que se ha apropiado el cine, se hace desde una visión distinta a los discrusos heterosexistas que se utilizan en el cine, que la crítica (masculina y hetero) ha configurado, ocultando las visiones de los personajes que no sucumbieran al poder patriarcal.

A quienes nos gusta el cine, a quienes trabajamos sobre el cine, y a quienes vemos a Thelma y Louise en rollo bollo, a quienes adoramos cualquier gesto de Norma Desmond o reivindicamos el humor de Divine, libros como el de Eduardo son un aire fresco y estimulante para seguir empecinados en nuestra lucha.

Aquí teneís dos links, uno con una entrevista hecha a Eduardo y otro en el que salimos los dos en la presentación del libro en el que se hace mención al desaparecido Xabier Portugal; lo sé, no soy fotogénico

sábado, 20 de septiembre de 2008

lunes, 17 de marzo de 2008

Sueño

Lo cierto es que no me importa lo que diga Laura, a mí me gusta soñar. Cuando sueño todos los dolores que me persiguen por el día desaparecen. Nunca tengo pesadillas, siempre sueño con cosas alegres y con muchos colores. Pero ella me dice que tengo que estar despierto, que la realidad está aquí y muchas palabras que suenan muy bien y que deben ser muy importantes, pero no las entiendo, aunque ella las dice como si las tuviera que entender, así que me siento tonto, lloro y vuelvo a dormir, porque cuando duermo no me siento tonto. Una vez se lo dije, y ella me contestó que no, que yo no soy tonto y siguió con esas palabras: ¡Odio esas palabras! Me gustaría saber quién las inventó para que me dijera porque son tan raras si deben ser cosas que hasta yo, que no pasé de la escuela debería entender. Pero no conozco a esa persona, aunque una vez soñé con él; soñé que era un tipo feo y gruñón que vivía en una casa vieja en la que estaba abandonado y nadie le quería, y que se había inventado aquellas palabras para hacer que la gente se sintiera tonta, por venganza contra la humanidad. Y yo iba y le hacía ver que esa no era la manera, que si quería yo me hacía su amigo, y entonces él retiró aquellas palabras y el mundo fue un lugar más feliz y nadie se sintió tonto nunca jamás. Un sueño bonito como todos los que tengo.

Cuando estoy despierto las cosas son feas y muchas me dan miedo. Creo que a Luis le pasa lo mismo porque suele chillar muy a menudo. A veces chilla tan fuerte que yo me asusto y me escondo dentro del armario. Y sé lo que pasa: oigo como corre la gente por fuera, como se le acercan con buenas palabras pero él chilla más y las voces tranquilas de la gente se convierte en voces de nerviosismo, y algunas en voces de mando, como si diciéndoles ¡Cálmate! Lo fuera a hacer. Porque Luis tiene miedo, mucho miedo, y sólo se calma cuando oigo como se cierran las correas y viene Marta como siempre con su magia, como decía Enrik, que me hablaba como un niño. Con Enrik también me sentía tonto: ¿Quieres tu comidita? ¿Vienes a dar un paseito? No me gusta Enrik, pero es verdad, Marta siempre hace magia, es como una bruja, pero de las buenas. Cuando me duele la cabeza, tanto que creo que me va a estallar y que voy a convertirme en uno de esos hombres que van en caballo sin cabeza asustando a la gente, me echo a llorar en el suelo sujetándome la cabeza para que no estalle y ella sabe lo que hacer para que desaparezca; viene, me da un poquito de su magia escondida en la mano, redondita, roja, aunque amarga, me da un beso en la frente y me canta una canción bonita sobre un pajarito que aprende a volar y yo me voy durmiendo, y vuelvo a soñar cosas bonitas, y me siento feliz, y cuando me despierto la cabeza no me duele ya, me miro en el espejo, veo que mi cabeza sigue ahí, que no hace falta que me compre un caballo para asustar gente, que son muy caros y no sé como los pagan los hombres sin cabeza; supongo que asustarán al de la tienda y se lo dará gratis.

Yo no quiero ser un hombre sin cabeza, ya doy miedo a muchas personas con cabeza, así que sin ella, imagínate. Pero no siempre he sido así, de pequeño no tenía esos miedos; no me acuerdo mucho de cómo era la vida antes de venir aquí, pero sí me acuerdo que jugaba con muchos niños, que era feliz y que no era un lastre para papá y mamá por lo que me dejaban vivir con ellos. ¡Cómo lloré cuando vine aquí y dejé a papá y a mamá en casa! Lloré durante dos días seguidos, eché tanto agua por la cara que me tuvieron que poner agua enganchada al brazo, y me decían que también era la comida, porque como lloraba no comía, y yo me lo intentaba arrancar porque no quería vivir así, no quería vivir aquí. Al final me ataron a la cama y daba pena verme ahí, más delgado por no comer, atado y llorando, daba tanta pena que mamá no vino a verme hasta que me calmé y me pudieron desatar. Fue el día que vino Marta, antes que ella estaba Sole, que también era bruja pero de las malas: me gritaba, me insultaba y me amenazaba. Un día, antes de que me atarán, me cabreé tanto con ella que me tiré a sus pelos y le arranqué un mechón; todavía me acuerdo qué mal sabía. Cuando me ataron ella se vengaba y me daba cachetes todos los días sin que dijera nada, hasta que Ignacio, que debe ser alguien importante porque todo el mundo le llama Don Ignacio, menos a mí que me deja llamarle Ignacio sólo, la vio, la hizo salir fuera y no la volví a ver. Supongo que se daría cuenta que era una bruza mala y la mojó, porque las brujas malas se deshacen con el agua, que lo vi en el Mago de Oz cuando era niño y mamá me llevó a teatro. Ya me la imagino, en el suelo, como un borrón.

Yo era un niño normal y estaba con niños normales, que se pegaban, que gritaban cuando sus mamás no les compraban un juguete caro, pero ahora no lo soy, y lo sé porque estoy rodeado de raros, y si estás rodeada de gente que se come sus cacas y de que chilla todos los días cada vez que se termina el desayuno como si le pegaran con un látigo sabes que no eres normal. Y todo desde lo del coche, aunque yo no me di cuenta que me había vuelto raro, pero me imagino que papá y mamá sí, y por eso me enviaron aquí, porque ellos no podían cuidar. Pero no fue mi culpa, la pelota se escapó, y entonces, me dolía mucho y me dormí. Me desperté en una habitación blanca, con gente de blanco, en la que una mujer de blanco me miró y se fue sin decir nada. Luego vino un hombre de blanco que me decía cosas raras y me miró de arriba abajo, apuntando todo. Y tuve miedo, quise que papá y mamá estuvieran conmigo, que aquel señor se fuera, porque no entendía nada, tenía miedo. Mucho miedo.

Y ya no soy un niño normal, ahora soy un niño raro, pero cuando sueño vuelvo a tener aventuras con mis amigos del cole, que juegan y ríen conmigo, que me eligen el primero para jugar al baloncesto porque sigo siendo el mejor, sueño que ya no estoy aquí, que la gente no habla raro y me siento tonto, que no me da miedo todo. Por eso quiero soñar, me escapo de estas salas en las que los niños lloran a todas horas, pegan a la gente cuando se cambia la cadena que quieren, y que si eres bueno lo más que tienes es doble ración de natillas una vez al mes, porque más engorda; claro que si me dejaran salir al jardín más, y estar en la canasta tirando haría más ejercicio y no habría problema de engordar. Pero si se lo digo, Laura me mira y me dice que las cosas no son tan fáciles. No lo serán, si lo dice ella, que es más lista porque sabe palabras que yo no entiendo.

Ayer vinieron Papá y Mamá de visita, aunque no era el día para ello; pero como era mi cumpleaños les dejaron. Y me trajeron una tarta en la que había dos velas con números, uno era un cuatro y otro un cero, pero es que no sé contar más que diez, porque no quiero aprender más. No quiero. Mamá y Papá estuvieron muy felices de verme, reían con los ojos, y yo pensando que ya no se acordaban. Les quiero. Me dijeron que soplara y pidiera un deseo. No hacía falta que lo dijeran porque siempre espero que llegue mi cumpleaños para pedir deseos, juegos, tiempo libre, que me dejen tener un gato. Pero ayer sólo tenía dos deseos y no sabía cuál pedir: quería volver a ser un niño normal y empezar el cole donde lo dejé, o si no soñar, vivir soñando en un mundo feliz y no despertar. Así no volvería a llorar cada mañana