martes, 21 de marzo de 2006

A otros con sus falas verdades

Hoy me han enviado un mail de esos reenviados que me ha asustado. Quien siga este blog, o incluso para quien lo acaba de descubrir recordaré que un día subí un post sobre los mail reenviados, en uno de esos ataques de acidez que tengo. Pero es que este me ha asustado, bueno esa no es la palabra exacta. Me ha dado grima. Primero nos cuenta una historia cruel, la verdad sobre un padre que tiene que sacrificar a su hijo, ya que la sangre de este es la única forma de encontrar una cura contra una enfermedad que asola en planeta (Tom Hanks, a que esperas para frustrarte otro intento de Oscar) y de cómo después cuando se quiere honrar la memoria del niño la gente o pasa por ver el fútbol o se acerca falsamente. ¡Qué crueldad! Espantoso, una de esas formas en las que un mail te alegra el día, ¿no?

Pero la parte terrorífica viene después cuando ese mail termina diciendo que pasó lo mismo con Jesucristo, que el hizo lo mismo por nuestro pecados, que no vamos a misa, etc. Vamos, o a alguien se le ha subido el vino de misa o los de HazteOir han pensado que esa es la mejor manera de acercarse a la iglesia. Quien me siga, sabrá lo poco dado que soy a la iglesia, y quizás resulte este cometario imparcial, pero bueno, si alguien asegura ser objetivo hoy en día no me queda más remedio que alabarle por su capacidad de (auto) engaño. Y sí, la verdad es que este mail me ha parecido fuera de tono. Ya no es como esos mail que intentan elevarte el alma con cachorritos o garfields vestidos de ballet, es un mail que me está culpabilizando por algo en lo que no creo.

Soy consciente de que vivo en pecado para la iglesia, y que según ellos el fuego eterno es mi destino, y que jamás veré esas bastas llanuras de algodón en las que todo el mundo como Philadelphia en vez de un buen Idiazabal. Aunque para mí ellos viven en pecado. Mi vida transcurre normal, intento andar mi camino y ayudar a quien me necesita, sí, pero también miro por mí, de hecho un nivel de egoísmo es lo que nos puede hacer personas. Lucho cuando creo que alo es injusto, y peleo para que sobresalga lo justo. Sí, y no voy a misa, ni iré. Y claro, eso último junto con el hecho de que en mi cama puedan caber hombres y no mujeres es lo que me lleva al infierno. Allí es donde les mandaría a ellos, la verdad. La hipocresía con las que siguen vendiendo un ideales con los que nunca han ejemplificado, la falsedad con la que ocultan la historia de sus maldades y sus falsedades, así como la manera en la que lo hacen hoy en día, es lo que, más allá de lo que es la fe (Cada uno tiene la suya y en eso no quiero meterme) me hace estar en contra de esa fábrica que posee su propio estado e intenta someternos a todos bajo amenazas y humillaciones. No conmigo no habéis acertado.

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