jueves, 13 de mayo de 2010

Cabeza y Corazón


Vivo agonizante en la esperanza de la vida;
Puedo intentar coger fuerzas del sol,
Pero el alma barroca, a fuerza de ser romántica,
Ajado tiene el calor y se templa en el frío.
Un sin vivir, un mal morir,
Un negro ocaso de luces lejanas,
Ajenas, tal vez ausentes,
Pero siempre desafiantes.
El futuro aparece como un fantasma,
Asolado por las carnes del presente,
E incendiados por los recuerdos del pasado;
Cuando la sonrisa de un niño es motivo de llanto
Quizás no nos quede esperanza.
Pero nos agarramos.
Asimos con fuerza el presente
Y lo zarandeamos contra su tozudez.
Esperamos más de los menos,
Y gritamos que no nos rendiremos.
Las alimañas oscuras que se alimentan
Con nuestras lágrimas
Queremos ver morir sedientas.
Para que el pasado no nos devore
Ni el presente nos corrompa
No debemos olvidar construir el futuro.
Que la tortura que me aflijo no sea
Otra cosa que dolor que bombee energía,
Que el dolor que me causa la verdad
Me obligue a enmendarla,
Que la tragedia con la que veo el mundo
Quiera que lo convierta en comedia.
Corazón romántico;
Cabeza neoclásica.
Puede que hoy me desespere y muera entre tormentos
Pero mañana renacerá puro y con aliento.

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