martes, 27 de marzo de 2007

el dia de la belleza

Domingo 25 de marzo de 2007, al parecer debía ser algo especial ese día, porque si no, en caso de que no lo fuera, no logro a alcanzar la respuesta al fenómeno extraño al que asistí. Os lo explico:

- Antena 3: emitía un nuevo programa en la parrilla española, que de nuevo no tiene absolutamente nada que gracias a los zapping lo conocemos: cambio radical. Un reality que tiene como fin coger a un/a infeliz descontento por su aspecto físico y acribillarle a operaciones durante dos meses para que parezca un ser respetable por su físico. Mientras, antes de ver el resultado, una Teresa Viejo (mostrando síntoma de estar en horas bajas y obligada a recurrir a demagogias para justificar algo tan injustificable como ese programa) hace mella en la familia del futuro droide achacando lo malo que han sido con esa persona antes, o recordándoles lo mal que lo han pasado porque su ser querido haya estado dos meses alejados de todos para someterse a esa…. Por otro lado, como se les ocurre a los de antena 3 hacer la promo con la canción Beautiful de Christina Aguilera? Debería leer las letras.

- Telecinco: en pleno siglo XXI y a la misma hora en la que en la cadena de al lado nos mostraban las maravillas de la cirugía estética, la cadena amiga justificaba el contenido de su competencia con la gala de Miss (que por cierto, por qué es las 9:30 y de la Mister a la madrugada? Hay que esconder los paquetes de los tíos tanto, aunque no lo enseñen de todo?) donde un grupo de niñas se sometía a un jurado sin juicio para dictaminar quien es la más guapa de España por lucir un bañador y decir que la gente de Rusia es muy simpática. Las cadenas debería pensárselo a la hora de patrocinar ese bodrio, y no felicitarse quien lo tiene y desesperarse las que no invitando a despechad@s del concurso con historias que no vienen más que a confirmar los que ya nos imaginamos; que todo está tangado y que a las chicas las explota una organización que ve en ellas un filón por su inocencia. Lo único que merece la pena mencionar es lo anacrónico del mismo. En serio prefiero los chistes de extrarradio que a esa hora pueblan la cadena con la sin par Aida.

- La primera: Y para aquellos que deseamos ver una película tranquilamente antes de decidir que es hora de acostarse y no empezar la semana con ojeras, la primera nos obsequia con la película Princesa por sorpresa como película de la semana. Largometraje ya infumable para un mediodia de siesta, pero elevado a película de interés general, cuando ni siquiera tiene un poco de mala leche dentro de los establecido, sino que por tratarse de reinas de países inexistentes (en serio, tantas ganas tienen los estadounidenses de tener reyes que no paran de inventarse países o su desconocimiento es tal se inventan uno para ridiculizar e Europa con tradiciones inventadas?) interpretada la que en su tiempo dejó de ser monja para ser niñera dando el braguetazo al casarse con el prolífico padre y luchar contra los nazis con sus superpoderes… perdón, lo que tenía era una insufrible voz y canciones empalagosas. Lo cierto es que en la película se daba tanta importancia al saber estar y al cambio físico que parecía ya el remate a la programación nacional.

Chicas de este país (y chicos, que la paridad ha de llegar a todos los sitios), recordar que en esta vida no sois nada si no imitáis ese tipo de comportamientos anacrónicos, olvidar eso de crecer por dentro que está pasado de moda. Y no voy a ser hipócrita diciendo que lo de fuera es algo accesorio, pero un bombón hueco sabe a poco y al final todos tiramos al de relleno rico. Está bien eso de cuidarse, yo lo hago, pero no hay que llevarlo a extremos, y siempre debe estar orientado por cómo nos sentimos, no por cómo queremos que nos sientan. Y lo más importante, recordar este proverbio chino:

Si nos cuidamos todos los días el cabello, por qué no cuidamos nuestra alma. (o algo así)

sábado, 24 de marzo de 2007

Unas preguntas

- ¿Cuándo dejará Polonia de arremeter contra los derechos del colectivo LGTB y asumir que si está dentro de la EU debe respetar los tratados de la misma?
- ¿Cuándo se le criticará a dicho país con la misma contundencia con la que se ataca a países de origen musulmán por los mismos hechos?
- ¿Cuándo dejaremos todos aquellos que no somos heterosexuales de ser los últimos monos de la feria?
- ¿Cuándo empezarán las universidades a tomar en serio las teorías queer entre las corrientes filosóficas?
- ¿Cuándo dejaremos de hablar de suicidios en institutos de chicos gays y chicas lesbianas por sentirse solos?
- ¿Cuándo dejaremos de ver a los transexuales como monstruos o como caprichosos?
- ¿Cuándo adquirirá el cine de temática LGTB la misma repercusión que otros tipos de cine temáticos, y cuándo se hará cargo la prensa de los mismos?
- ¿Cuándo podremos ver teleseries como Queer as folk (a poder ser la versión británica) más a menudo y lo que es más importante, sin tener que andar buceando en la madrugada por los canales con la esperanza de que no lo hayan quitado?
- ¿Cuándo admitirán las ana botellas, rajoys (sic.), roncos, benedicto, fedes, y demás etc. que todos tenemos los mismos derechos?

Por favor, contestar. Quiero saber las respuestas. Oído Pedro J? Yo también quiero saber la verdad, y sin conspiraciones.

martes, 20 de marzo de 2007

Breaking and entering

Hay veces que ir al cine nos da sorpresas, y escoger esa pequeña película que ni siquiera has visto anunciar a grandes rasgos, ni siquiera la garantía de dos actores de reconocido prestigio como Jude Law o Juliette Bicoche, o por que no seguir, a pesar de contar con un director como el señor Minguella que ha facturado películas como el Talento de Mr. Ripley te hace pensar que las dos horas siguientes has conseguido acertar de lleno.

Y es que esta película, muy lejana a la temática de género que suelo tratar, pero muy conectada con la insatisfacción de unas vidas que seguimos viviendo por inercia hasya que la más mínima excusa nos ayuda a evadirnos de ella argumentándolo en vagas premisas, y también conectada con el despropósito de la marginación que producen las guerras, de la brecha abierta en la sociedad entre ricos y pobres ignorando la mal denominada clase media (aunque con un poco de tópico de los ricos también lloran que vamos a perdonar), nos vemos transportados a dos familias que chocan entre sí tras un incidente.

Y es que no es sólo atractiva de ver por ver diferentes imágenes de Londres, una ciudad con encanto propio, sino que los dialogos están bien construidos sobre una historia pequeña consecuencia de esas historias grandes que nos venden otras películas con presupuesto para efectos especiales pero no para guiones. A mí me sorprendió, espero que a vosotros también.