Nunca, y cuando digo nunca lo digo en serio, creí llegar a ver el día en el que se aclamara con todas esas palabras y verbos a un antiguo militante de las juventudes nazis. Y es que como han cambiado los tiempos, o eso nos hacen creer.
Nos habrá costado un pastón (que ya pueden pagárselo de una ****vez los que lo quieran ver, se habrán cerrados calles y limitado a las personas derechos fundamentales por alguien que no ostenta en ningún modo el rango para merecerlo, se nos habrá insultado como desviados, herejes, y todo lo que quieran (como si su perspectiva moral nos tuviera que importar) y más de uno se le habrá secado la lengua de tanto lamer el culo a Susan Tidad.
Pero ¿qué queréis que os diga? La visita ha sido un auténtico fracaso y lo saben.
Ni los intentos de las cadenas (Antena 3¿En serio? Repito ¿En serio? ¿Dónde coño te has dejado el libro de estilo y ética profesional?) por ocultarlo han podido disimular que:
- No ha ido ni Dios, nunca mejor dicho. Cualquier evento tiene mayor repercusión que esta, y encima de buen rollo no con esa pompa
- Ha habido abucheos y pitadas a tutiplén, pese a que las cámaras no lo han querido recoger, así como concentraciones y besadas.
- El perfil medio del carcacatólico (no confundir con el católico, que aunque no comparto su visión de que existe un Dios, no interfiere en la vida de los demás) supera, y con creces, las sesenta primaveras. O si no, ¿Cómo explicarse que se mostraran siempre primeros planos de jovencitos que parecían los mismos, pusieras la cadena que pusieras y el lugar que fuera?
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