El otro día, viendo los extras de esa película que es Pink Flamingos, me sorprendió la reacción de la gente a la salida del cine. Para quienes no hayáis visto esta obra del señor Watters, quizás no entenderéis lo que viene a continuación, pero la gente como mucho, dijo que le había parecido asquerosa (otros muchos también lo dijeron pero como halago) Sólo una persona utilizó el discurso de “me he sentido insultado”. A ver, es que no entiendo este discurso, porque la película de Waters no insulta nadie, te puede gustar o no, pero ofende a nadie en especial. Claro, que lo grave es que la gente que piensa eso es quienes más va actuar en contra de algo porque tiene la herramienta para ello: me ha insultado. Si ponemos una película basada en el famosos libro de Hittler y lo proyectamos en una comunidad judía, puede que alguien si se sienta insultado, como los maricas cuando tenemos que oír canciones como “maricón el que no bote” o un inmigrante ante las leyes de la Unión Europea. Pero el caso es que sí se utiliza gratuitamente este discurso, cuando quienes realmente ofenden son aquellos que quieren imponer su forma de ver el mundo, como aquellos que, en esta ciudad donostiarra, se siente insultados porque hay nudistas; perdona pero quien insultas eres tú viendo sexo donde no lo hay, y haciendo que la gente que no se quiera se tape, porque por esa regla de tres a mí me parece que hay que volver a llevar manga larga que enseñar carne me insulta y todos enfajados aunque haga 40º.
Aunque como he mencionado, sólo una persona lo expresó así. ¿Y por qué me sorprende? Porque me esperaba más. Quizás es que uno le han enseñado que la historia el lineal, craso error, y que siempre se vive mejor ahora que antes, pero nada más lejos de la realidad. Esta película es cuestión, está abanderada como Himno Camp, y cómo mucho hace apología de la guarrería (Tranquis, España Directo, que no hay nadie con el síndrome de Diógenes para que grabéis) jamás habría visto la luz hoy, 36 años después su estreno: zoofilia, canibalismo, incesto, pedos, caca, culo, teta, y demás vulgaridades que no encajan en la corrección política a la que hoy nos sometemos. Porque todo ha de ser bonito, blanco, heterosexual y acabar en (posible) boda. Pues fíjense, esta película incluye la bonita relación entre la madre de Divine y el huevero. Impoluta
No hay comentarios:
Publicar un comentario