otro año con la misma fantaochada

Y aunque lo parezca no es un error tipográfico, a veces demasiados frecuentes en mis textos por mi poca pericia con el teclado, y ocasiones por vérmelas con teclados extranjeros que aunque no lo parezca tienen su aquel. No, en esta ocasión el error está hecho con toda la intención, en un simple juego de palabras que se ocurre ante la nueva propaganda de esta bebida gaseosa. Y digo simple, porque no me apetece comerme la cabeza en pensar algo más ingenioso para esos publicitarios trogloditas, seguramente ávidos de chistes de Arévalo. Es raro que me encuentre en esta posición, pues soy un defensor a ultranza del derecho de libre expresión, pero es que ya me toca las pelotas cuando se escudan en este argumento para insultar, o mejor dicho ridiculizar.

Y el tema es que esta compañía ha vuelto a sacar otra vez el reclamo de todos los años de un viaje para ti y doscientos colegas (lenguaje cuidado ante todo). Hasta aquí sin problemas; bueno, sí es cierto que esas campañas nunca me han gustado pues suelen tener un tono muy claro de reivindicar quién es guay y quien no, y cómo serlo. Aunque personalmente quien se deje seducir por esas palabras es tan culpable como quien las hace. Pero ese no es el caso; la indignación surge cuando en un descanso de Los Simpson, serie de la que me declaro fan, hay un anuncio de estos de antena 3 con actores que no saben actuar y no intentan vender algo (tan mal, que si necesitaras ese algo te daría vergüenza comprarlo). En este anuncio un adolescente cool (evidentemente un nerd no va a irse al caribe con amigos porque no los tiene, sic.) está haciendo casting para buscar acompañantes. El primero, otro chico mono se presenta como animador, etc., vamos otro igual, y el segundo resulta ser un chico con pluma y un secador y se le ofrece para cuidar su cabello esos días porque el caribe lo estropea. Pluma inexistente en ese chico y mal presentada; espero que mis amigos que tienen pluma no vean ese anuncio porque dan ganas de encerrarse en el armario.

Esta compañía ha perdido una batalla en la lucha por los derechos del colectivo LGTB. No exijo a una marca hacer este esfuerzo, pues no es su labor (tema que podremos discutir más adelante: la responsabilidad del anunciante)y podían haberse pasado como otra insoportable campaña, pero lo que no se puede consentir es el uso de un colectivo desfavorecido como asunto de coña y de marginación (evidentemente este chico no es elegido para el crucero a pesar de que insiste). Una cosa es no luchar y otra y en contra. Por mi parte QUE LES DEN.