domingo, 29 de junio de 2008

Orgullo con mayúsculas

Ayer se celebró el día del orgullo de lesbianas, gays, bisexuales, y transexuales en todo el país, pero, como el don de la ubicuidad aún no me ha sido concebido, pude estar únicamente en el de la ciudad en la que vivo, Donostia. Ayer fue una fiesta reivindicativa. Y eso es lo que me quedó. Por desgracia, y cumpliendo los augurios de todos con los me relacioné, a la tarde se echó de menos mucha gente que a la noche acudió a la fiesta, pero aún y todo fue un goce, porque la música y las proclamas encontraron un son adecuado en el que ambas animaban a las otras, de tal manera que incluso debemos obviar a la pareja que se pudo en plan histérica a insultarnos desde una parada del autobús desde el boulevard. Hasta ahí bien, poca novedad. Pero hoy, dispuesto a hacer un repaso mediático a la prensa desayunando casi me atraganto con la napolitana ante semejante falta de desinformación y desconsideración con quienes ayer se lo curraron. Y no lo digo sólo por la escasa cobertura. Así que desde esta tribuna, que quizá no llegue a tantos como debiera he de actuar:

1) En todos los medios se destaca el trabajo de Gehitu ignorando a las otras dos asociaciones que existen en el territorio: EHGAM y Medeak

2) Gehitu no presidió la manifestación, en cambio sí lo hicieron EHGAM y Medeak. En cambio, Gehitu, a la que los periódicos atribuyen esto, junto a la organización de la fiesta, que no hizo, iba detrás, tras la pancarta, tras la bandera, tras la batukada, tas un montón de gente, con una pancarta gemela a la FELGT

3) Estoy cansado de que los medios de comunicación se olviden de algunos colectivos a favor de otros y les asignen tareas que ni han hecho, ni han querido hacer, como paso el año pasado con la entrevista al líder polaco de Campaign Against Homophobia, que organizaron EHGAM, Medak y la entonces existente Bost Axola.

4) Y denunció que se impongan eslóganes trabajados por otros, y me da igual señalar a Madrid que a Pernambuco, que no es cuestión de nacionalismos, en vez de entrar en un rico debate sobre que debe llevar una pancarta y salirse de la partida diciendo que llevan la suya propia. Actitud infantil que debe ser publicada y no recompensada con errores en la prensa.

5) Todo esto lo digo como antiguo militante profesional, ahora más ocasional, que ha visto como sus derechos han sido pisados por una asociación de dice defenderlos.

Este año, desde el BALS se ha propuesto luchar contra todo un sistema que genera desigualdades y no sólo poner parches. Misión suicida a la que me sumo. Gehitu, lejos de representar la verdadera lucha contra las opresiones que denuncia el Bloque, se ha alineado con ellos, molestando poco, con sus privilegios bien asegurados y en un papel horrible: se erigen los defensores de la verdad, cómoda, y atacan a quienes piensan diferente en vez de hacer un frente común contra quienes realmente nos joden y nos siguen negando ser nosotros mismos. Allá ellos, pero que sepan que enfrente siempre tendrán a la gente crítica como pepitos grillos recordando de dónde vienen, obligándoles a mirar las miserias de unas vidas negadas, de una diversidad aplastada por un sistema que acoge sólo a aquellos que se adaptan y no a quienes lo cuestionan. Por mi parte, y con el poder de las palabras de Paco Vidarte y su Ética Marica, sé lo que hacer.

viernes, 20 de junio de 2008

Secondary row in the front



El domingo vi una de esas películas que uno ve por la propia inercia de ser domingo noche, no tener mando a distancia, y por la sensación de que la cadena pública no puede programar algo tan malo; lo sé, a veces peco de ingenuo o vago, lo que prefiráis. La película en cuestión trataba de la típica animadora que una mañana despertaba convertida en un hombre mientras que su cuerpo (en la mente del hombre que le presta a ella el cuerpo) decide aprovechar el físico para seguir con sus fechorías –y es que este señor le gustaba lo ajeno. Pero además de los tópicos, que había tantos como se esperaba, y algún chiste homófobo, por desgracia, el plantel de secundarios era de los mejorcito:

- La amiga de la prota: la típica chica adolescente que se acaba de enamorar de su amiga ahora transformada en hombre, y empeñada en que le enseñe la polla. Una chica con recursos, que se ve sometida a tener un novio idiota, pero cuyas infidelidades no le importan porque es autónoma y suficiente (un rol poco empleado)

- Las demás amigas: Aunque tienen tópicos estos se desvanecen entre sus personalidades: la chica gordita y científica que acaba liada con un universitario, la chica medio coreana medio negra (y un cuarto de judía) a la que la madre, la coreana, no para de humillar en cualquier momento, con coche tuneado incluido, la amiga bruja y la pelirroja. Un auténtico plantel, vamos.

- El padre de la chica: que actúa como un baboso hablando de sexo ante el nuevo jardinero (sin saber que es su hija) pero que realmente oculta una terrible frustración por no saber cómo volver a poner a su mujer a cien

- La madre de la chica: la señora ama de casa perfecta que en realidad está tan salida que casi se tira al jardinero en la mesa de la casa (recordemos quien era este personaje)

- El hermano de la chica: ni diez años y un gusto por los pintalabios y tacones caros. Impagable la frase del padre al final, (venga, tendrás que aprender a correr con tacones si es lo que quieres llevar)

Por lo demás, un argumento sin demasiados giros, algún personaje más que merece algo de interés. En definitiva, sin estos personajes secundarios un malgasto de celuloide. Pero como se dice, una rosa es capaz de parecer más bella rodeada de estiércol.