Face to face

Mirar fíjamente el futuro, un pulso entre dos almas que se encierran en la misma persona. La conciencia es la mayor contricante de la pasión; ambas iguales en carácter pero diferentes en ideales se pelean constantemente para manejar a su antojo la rueda de la fortuna, ignorando que ambas pueden fracasar de la misma manera. Son dos hermanas siamesas, atadas por un slolo cuerpo, pero se odian tanto que cada vez están más cerca la una de la otra. infantiles como quien más no sabes aceptar la derrota y cuando por fin una de las otras ha conseguido que el rumbo torne a su antojo, la otra no para de contar al barco todo lo que no va a hacer por haber hecho caso a su hermana. Peleas de iguales, las más sangrientas.

Primtemps

Parece ser que los días vuelven a ser largos, que las nubes oscuras y opacas del cielo dejan paso a los claros y al calor. Los cuerpos vuelven a reconciliarse con ellos mismos, huyendo de ser presas de capas y capas de ropa que, como cebollas, nos mantienen en capas. Momento para descubrir si la malograda dieta de la alcachofa ha sido capaz de permitir a aquellas que la idolatran como una nueva religión pueden permitirse el ponerse el bañador del año pasado. Vuelven también las montañas de pañuelos de papel amontonados junto a la cama, floreciendo como capullos de celulosa impregnados de las sustancias que nuestras narices vierten tras ser polinizadas por las gramíneas. Viene la época en las que las depresiones aumentan, pero también en la que la sangre se altera de manera alocada y nos convierte a jóvenes y viejos, no dejando ni siquiera indiferentes a aquellos que utilizan cilicio a juego con la camisa, y nos convierte en hormonas andantes. Los sudores aumentan y la gente se desprende de la ropa mostrando cuerpos, insinuando formas, sugiriendo placeres.

Llega la primavera